martes, 31 de julio de 2007

Bajo el sol de la Toscana


Hay películas que conectan inmediatamente contigo, dejando a un lado la calidad, la previsibilidad u otros elementos. En algo, o en todo, te ves reflejado/a, lo que provoca que el film en cuestión pase a significar algo en tu vida.


Frances Mayes (Diane Lane) es una escritora en horas bajas. Acaba de sufrir un duro divorcio y ha perdido muchas de las cosas que apreciaba, entre ellas, su alegría. Su vida en San Francisco se está volviendo vana y deprimente, por lo que no es raro que, de forma inevitable, Frances se venga abajo.


Para solucionar el problema, su amiga Patti (Sandra Oh), le propone un plan: que viaje sola por la Toscana, donde encontrará paz y la concentración necesaria para escribir un nuevo libro. Frances, recelosa, se niega en rotundo, pero finalmente acepta. Acaba en un autobús lleno de gays recorriendo esa mágica región italiana.

En uno de esos recorridos, se enamora de una villa llamada Bramasole, en el corazón de la Toscana. Esta casi derruida, necesita más de un arreglo, pero la compra igualmente. Con esa casa, empieza para Frances el deseo de comenzar una nueva vida, dejando atrás todo lo malo que ha vivido. Pronto, mientras se adapta a la vida en la campiña italiana, encontrará amigos entre aquellos que la rodean. Pero el miedo a la soledad, y a no alcanzar sus sueños, no tardarán en volver a aparecer. Solo ella sabe el modo idóneo de hacer algo bueno con su vida.


Rodada en 2002, y dirigida por la norteamericana Audrey Wells, Bajo el sol de la Toscana es una adaptación libre de la novela del mismo nombre escrita por Frances Mayes. La directora que, disfrutó de la lectura del libro, tenía como labor dotar a la película de un buen reparto, y dar en el clavo con su protagonista. Una actriz que aportara soltura, comicidad y dulzura al personaje. La primera y única opción fue Diane Lane (Infiel), muy curtida en películas dramáticas que no habia incursionado aún en la comedia. Aportaría a Frances esa melancolía necesaria, pero también saldría victoriosa en el otro aspecto: la picardía que da a su personaje es, sin duda, mágnifica. Logra un rol perfecto, como escrito para ella. Es probablemente la mejor interpretación de su carrera. La secundaria y grandiosa Sandra Oh- la Dra. Yang en Anatomia de Grey- complementa la interpretación de Lane, dando vida a Patti, su mejor amiga y apoyo, y que en determinado momento del metraje verá como toda su vida cambia. Se verá una evolución en la Patti del principio de la pelicula, que es todo decisión y firmeza, a la del final, más tierna y vulnerable.


Buenos e inspirados secundarios dará Bajo el sol de la Toscana como, David Sutcliffe, Roberto Nobile, Lindsay Duncan (Mansfield Park) o Raoul Bova, entre otros...Probablemente sin el trabajo de los variados secundarios, la película no poseería esa magía y la peculiaridad de la que es dueña.


Son resaltables varios guiños a la cinematografía de Fellini como La Dolce Vita o Las Noches de Caviria. Las bellas localizaciones en la ciudad de Florencia, en la campiña toscana, Positano, y la capital Roma.


Si te gusta Italia, eres sensible, crees en el amor y en la felicidad y te va restaurar casas y las historias con mensaje, ésta es tu película. Te sientes mejor después de haberla visto. Doy mi palabra.


Aquí, algunas imágenes.




jueves, 19 de julio de 2007

Todas las azafatas van al cielo


Un intento de suicidio a dos bandas es el punto de partida de esta película argentina dirigida por Daniel Burman en 2002. El director de Esperando al Mesias o la laureada El abrazo partido -posterior a la que hoy nos atañe- se hizo cargo de una pequeña película, abandonando su estudio del mundo judeo-argentino y centrándose en otro tipo de aspectos, además de colaborar con un reparto distinto al que acostumbra.

Julian (Alfredo Casero) es un oftalmologo de la capital que recientemente acaba de perder a su mujer. Acude a Ushuaia (lugar donde conoció a su mujer, que era azafata)para derramar en el Canal de Beagle sus cenizas y acometer un acto que acabará con su dolor. Está decidido a acabar con su vida.

Teresa (Ingrid Rubio)es una azafata de vuelo que vive atormentada pero cómoda por la soledad. Ha pasado buena parte de su vida de fiesta en fiesta, conociendo a un hombre trás otro y no vinculándose a nada ni a nadie. Hasta que se entera que está embarazada fruto de una de esas esporádicas relaciones, desconociendo quién es el padre. No sabe que hacer, y no se le ocurre otra cosa que poner fin a su existencia.

Los dos destinos coinciden en esos intentos suicidas, frente a frente. De pronto una mirada parece devolverles a la realidad, aferrándose el uno al otro. Encuentran en la otra persona una posibilidad de salir adelante, de salvarse. Pero como siempre, no todo es tan fácil en las películas, y el miedo, el pavor a lo desconocido amedranta a los protagonistas, dificulta el ansiado y esperado camino a la felicidad. Pero todo llega.


Pese a que éste film posee una buena dosis de pesimismo sobre todo en su parte inicial, es una película en la que su contrapunto, el positivismo y la vitalidad son lo más resaltable. Daniel Burman se rodeó para esta pelicula con un nutrido y peculiar grupo de secundarios que acompañan y casi eclipsan a la pareja protagonista. Norma Aleandro (no podía faltar) que interpreta a la madre de Teresa, en esta ocasión da vida a una madre soltera, alocada y bastante coqueta. Lamentablemente no sale mucho, pero se disfruta como siempre de su presencia. Una guia turistica por el día (Valentina Bassi) que por las noches trabaja como prostituta en un club de alterne. Un taxista judio -interpretado por el actor Daniel Hendler, habitual de las producciones de Burman- que es capaz de adivinar la profesión de sus clientes solo con verles la cara. Un controlador de aeropuerto que roba piezas de los aviones para construirse uno para él y poder volar a las Islas Malvinas o a la cercana Antártida. Una enfermera que se enamora de sus pacientes por sistema. En definitiva, una serie de cómicos y curiosos secundarios que hacen las delicias del espectador.

En cuanto a la dupla protagonista, Alfredo Casero (Antigua vida mia, El dia que me amen), resulta entrañable y perfecto para el papel. No menos entrañable y evocadora está la española Ingrid Rubio (Salvador), que en esta ocasión mejora bastante su acento porteño - no lo hizo tanto en El Faro del sur- y logra convencernos de que es una argentina de tomo y lomo. Consigue una interpretación acertada de esta Teresa meditabunda, errante y solitaria. Una vez más se demuestra que parecen apreciar mejor su talento en el país austral, que en España, donde apenas se la ve.

Bellisima ambientación en la congelada Ushuaia, donde el cielo y la tierra parecen unirse en un fondo blanco, y muy pocas localizaciones en Buenos Aires, en apenas dos o tres escenas. La banda sonora es cuanto menos peculiar, protagonizada en su mayor parte por la italiana Raffaela Carrá, pero que no desontona en absoluto con el tono de la película. Y es como diria ella "En el amor todo es empezar"...

lunes, 9 de julio de 2007

La Edad de la Inocencia


Newland Archer (Daniel Day Lewis) es un joven que parece tenerlo todo. Tiene una buena posición social y pertenece a una de las familias más respetadas del Nueva York de finales del siglo XIX. Además está prometido a una linda joven, May Welland (Winona Ryder), sosegada, delicada y de buena familia. Su carrera como abogado tampoco parece ir mal. En definitiva, Newland, no se queja y parece contento con lo que se le ha dado. Parece estar conforme con la enorme hipocresía que mueve a la sociedad en la que vive, y también con el elitismo y la intolerancia cada vez más presentes. Cometer un error, salirse de los patrones indicados, es casi una ofensa. Ha adquirido por tradición unos valores que no parecen desagradarle.


Todo esto cambia con la llegada de la Condesa Ellen Olenska (Michelle Pfeiffer) , prima de su prometida que, tras casarse con un rico banquero europeo, vuelve a su Nueva York natal para estar con los suyos, arrastrando tras de si un polémico divorcio. Ellen Olenska posee un carisma propio, es liberal y no parece ver las normas de protocolo que estan implantadas en la ciudad. Se mueve a su antojo, se mueve por otros ambientes y poco le importa los abundantes comentarios y críticas que suscita su conducta. Pese a todo siente un profundo amor por los suyos y pretende instalarse en Nueva York.


Reticente al principio, Newland se verá atrapado por el encanto de esta mujer. Lo que al principio no es sino un profundo respeto por ser ella quién es, prima de su prometida, se convierte más tarde en un amor ilimitado, en una pasión desbordante que es correspondida. La Condesa Olenska se enamora del joven pese a negarselo a si misma una y otra vez. Las normas, la sociedad, el compromiso se instalarán en sus vidas, y tendrán que hacer lo posible para poder forjarse una historia, para poder vivir lo que sienten.


Martin Scorsese, se apartó de los ambientes más sordidos y delictivos de la ciudad de Nueva York, para dirigir y adaptar la conocida -y premiada con un Pullitzer- novela de Edith Wharton La Edad de la Inocencia. Una historia centrada en el mundo de la aristocracia, del lujo, de la apariencia. El resultado fue memorable, porque esos bruscos movimientos de camara, esa peculiar forma de filmar sus anteriores peliculas, se conviertieron en esta ocasión en pura belleza y delicadeza. Aportó originalidad a los planos, jugó con la iluminación y el color, y cuidó hasta el más minimo detalle de la ambientación. Estos aspectos técnicos, aunque rozan la excelencia, quedan en un segundo plano y subordinados al mensaje de la película y al trabajo de los actores. En cuanto al mensaje, se logra transmitir con enorme claridad -ya lo hace la novela en que se basa- que, esta sociedad clasista, amante del lujo y del dinero, no anda muy lejos de los ambientes más urbanos y marginales a los que nos tenía acostumbrados, ni tampoco de la sociedad en que actualmente vivimos. La avaricia, la hipocresia, la corrupción también están presentes en esta historia, solapados en una sociedad tradicional, que ama y respeta las costumbres y por sobre todas las cosas, la riqueza.


Daniel Day Lewis, muestra una vez mas su ilimitado talento dando vida a un Newland Archer llevado por el deseo, por la pasión sin medida y por la incapacidad de poder vivir su amor por Olenska libremente, sin tradiciones de ningún tipo. Él y Pfeiffer logran transmitir durante el metraje un amor silencioso que no puede ser revelado, una tensión y una desesperación inimaginables. Winona Ryder, sencillamente está ahi, sin resaltar ni para bien ni para mal. Resulta creíble y muy correcta aunque lejos de la genial actuación de los anteriores.


Años más tarde, Scorsese rodó Gans of New York que constituyó además del reencuentro con el cine para Day Lewis, la otra cara de esta historia. El origen de la ciudad, un Nueva York naciente, las bandas, la violencia, la lucha por la supervivencia. El reverso de la historia y de la rica sociedad en que vivieron Newland Archer y Ellen Olenska.

Aqui unas escenas de la película. Disfrutadlas.


martes, 3 de julio de 2007

Vientos de Agua


Haciendo una excepción en el blog, hoy hablaré de una producción televisiva, que pasó fugazmente por nuestras pantallas y que muchos magnates televisivos no supieron apreciar. Mucha gente no ve el talento y lo que está bien hecho, ni aunque se lo pongan delante. Es una verdadera lastima.


Vientos de Agua fue estrenada el 2 de enero de 2006, emitiéndose doble capitulo por semana. En el sexto capitulo la serie dejó de emitirse, habiendo cambiado de dia de emisión un par de veces. Pasó de emitirse los martes en el famoso prime time, a los viernes pasada la medianoche. En Argentina parece que si supieron ver lo bueno, y la hicieron merecedora de cinco premios Martin Fierro, estando nominada en las categorias mas reseñables.


Esta producción hispano-argentina dirigida en su totalidad por el aclamado Juan José Campanella (El Hijo de la novia, Luna de Avellaneda, El mismo amor, la misma lluvia) , consta de 13 capitulos de una hora de duración. La idea inicial fue la realización de una película, pero la necesidad de una mayor extensión en el argumento, complejo como pocos, le provocó decidirse por una pequeña serie de televisión. Contaría con un reparto envidiable y con un presupuesto bastante generoso. Tenía todas las papeletas para ser un éxito.


Narra el fenómeno de la inmigración a través del exilio de un joven asturiano en 1934 a Argentina, y de su hijo en 2002, huyendo del "corralito" hacía Madrid, un lugar donde prosperar y ayudar a los suyos.

Ambas historias son narradas de forma paralela, intercalándose los distintos tiempos históricos y viéndose la evolución a lo largo de los años de ambos personajes.


La historia comienza en Asturias, cuando tras la muerte de su hermano mayor, Andrés (Ernesto Alterio) se ve obligado a abandonar a su familia y la mina, para viajar a Argentina, y asi poder ayudar a su familia. En el barco que le llevará al otro lado del océano conocerá a personas que formarán parte de su vida desde ese momento. A Juliusz (Pablo Rago), un joven judio, culto, que no supera los 20 años, pero que ha visto como morían todos y cada uno de los suyos. Gemma, una niña de procedencia italiana a quién le espera en Buenos Aires una familia a la que no conoce. Laia (Pilar Punzano), una chica recién casada que viaja a Argentina con un destino algo incierto: trabajar en un burdel para poder ganarse la vida. Estas personas, una vez llegados a Buenos Aires, no desaparecerán de sus vidas jamás, participando en todos y cada uno de los momentos de la vida del asturiano.


Paralelamente, Ernesto (Eduardo Blanco) ha de viajar a España para huir de la difícil situación económica por la que pasa su país. Hijo de español, deja en Buenos Aires a una mujer y a dos hijos. Ayudado económicamente por su padre, un Andres ya anciano (Héctor Alterio), se instala en Madrid e intentará salir adelante. Se dará cuenta que, en los tiempos que corren, la vida de un inmigrante no es fácil, pero también verá como su vida cambia y también como lo hace su entorno. Su vida dará un giro rotundo, que le hará sentir interés por el pasado de los suyos, para construir un futuro mejor para todos.


El elenco de esta producción es cuanto menos, abundante. Aqui una muestra:

Andres joven -Ernesto Alterio
Andrés anciano -Héctor Alterio
Ernesto -Eduardo Blanco
Juliusz- Pablo Rago
Gemma- Giulia Michelini
Laia- Pilar Punzano
Vidal-Ruben Ochandiano
Henar- Silvia Abascal
Felisa- Bárbara Goenaga
Sophie-Caterina Murino
Lucía- Valeria Bertucelli
Cecilia- Claudia Fontán
Mara- Angie Cepeda
Tomás- Mariano Bertolini
Ana-Marta Etura
Alicia- Manuela Pal

Además de José Luis López Vázquez, Joan Dalmau, Iván Hermes o el Gran Wyoming...


Las actuaciones, todas ellas, impecables, resaltando especialmente a Pablo Rago, Giulia Michelini, Valeria Bertucelli, Héctor y Ernesto Alterio o Eduardo Blanco. Con una muy cuidada ambientación histórica, veremos pasar ante nuestros ojos la historia de estos dos paises, y la relación que los une.

Perfecto guión, bellisimas localizaciones, evocadora banda sonora y genial ensamble de historias. Vientos de Agua, es para aquel que la ve, una caricia a lo más profundo del alma. Una llamada a la tolerancia y una visión panorámica del mundo en el que vivieron nuestros antepasados y en el que vivimos nosotros.


Se encuentran editados en DVD, los 13 capitulos de la producción. No os lo podéis perder.


"Es imposible hacer una buena película sin una cámara que sea como un ojo en el corazón de un poeta." Orson Welles

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De mi no diré nada, tan solo que tengo tanto amor por el cine como por la vida, quizá porque el cine es, a veces, reflejo de la propia vida. Aqui se hablará de aquellas peliculas que me han llegado, que me han provocado emociones positivas. Asi disfrutad del septimo arte, una de las pocas cosas que nunca se acaban